Desde la religión, se da por hecho que la ciencia no puede dar explicación a lo que no lo tiene. Prácticamente es el mismo argumento que anteriormente se repitió en otros misterios a los que la ciencia finalmente ha dado explicación. Muchas veces los supuestos milagros dejan de producirse mágicamente cuando se someten a una investigación científica.

Para nadie será desconocido el caso de las estatuas, normalmente de la virgen María y santos, que «lloran» sangre. Quitando los casos de fraude, ¿puede una estatua llorar sangre sin intervención humana ni divina? La respuesta es que sí que pueden. Se le pueden atribuir dos causas.

La primera tiene nombre de bacteria: Serratia marcescens. Esta enterobacteria, que le encanta vivir en sitios sucios y húmedos, se caracteriza por la producción de la prodigiosina, un pigmento rojo derivado de los carotenoides y pirroles.

La habilidad de las cepas pigmentadas de Serratia marcescens a crecer en el pan ha llevado a la posible explicación de los milagros de transustanciación medievales, en el que el pan de la eucaristía era convertido en el cuerpo de Cristo. Tales milagros fueron llevados por el Papa Urbano IV, instituyendo la celebración del Corpus Christi en 1264.

Otra posible causa de este fenómeno es la presencia de óxido de hierro, que con la presencia de contaminantes o la humedad, producen «sangre».

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

WP Radio
WP Radio
OFFLINE LIVE