La región capital tiene una creciente industria de la cerveza artesanal, con epicentro en Berisso, donde se produce el históricamente famoso vino de la costa. Gabriel Montenegro, presidente de la Asociación de Cerveceros de esa localidad, cuenta sobre la próxima copa “Tres Ciudades” y algunos pormenores de la actividad productiva y el trabajo asociativo entre los pequeños fabricantes.
–¿Qué es la Copa Tres Ciudades?
-La “Copa Tres Ciudades” es una iniciativa de la Asociación de Cerveceros de Berisso, para integrar a los colegas de La Plata y Ensenada. Ya vamos por la quinta edición y año a año nos vamos dando cuenta cómo fue creciendo en cantidad de muestras presentadas y en público. La particularidad es que unos meses antes de cada copa, salimos a buscar apoyo institucional y a todos los integrantes de la industria les ofrecemos un descuento en la inscripción para los miembros de esas organizaciones, lo que nos permite una masividad mayor. Vienen muestras de todo el país y también de Brasil, Colombia, Chile y Uruguay. Eso nos da un posicionamiento nacional muy importante. Esta vez habrá 63 jueces de todo el país, que además de hacer el trabajo de cata van a recorrer fábricas y probar la gastronomía local. La cata se realiza bajo normas TCP, que son internacionales y este año utilizamos para todo la plataforma Beers Award Platform (BAP).
–¿Cómo es su organización?
-Cerveceros de Berisso es una organización con diez años de trayectoria, con personería jurídica, que trabaja y toma decisiones de manera colectiva. De esa forma, ya recorrimos la provincia de Buenos Aires entera, Chubut, Salta, Jujuy, Bolivia para contar nuestra experiencia y todo lo que hemos podido generar. Cada vez más seguido nos llaman de otras provincias, para que presentemos nuestro modelo de trabajo, que es colectivo. Hay problemas que no se pueden resolver individualmente, por ejemplo el de los insumos, en especial los lúpulos que vienen de Estados Unidos y son difíciles de conseguir. Nosotros nos reunimos para la compra colectiva, hacemos un pedido grande y así bajamos costos.
–¿Cuál es la relación con otras organizaciones del sector y con el Estado?
-La Cámara de Cerveceros Argentinos (CCA) trabaja para desbloquear la importación, y para que el sector no se pare. Además, nosotros al principio trabajamos mucho con el municipio para redactar y aprobar una ordenanza que regula las fábricas y su habilitación como pequeñas unidades productivas. Luego obtuvimos la aprobación provincial y comenzamos a acompañar a los productores y asesorarlos en el proceso de habilitación. La habilitación dignifica, porque no es lo mismo trabajar a puertas abiertas que a escondidas. También obtuvimos el REBA, que es un permiso para vender alcohol en fábrica, que tiene como condición previa la habilitación municipal. Todo esto lo logramos organizados, pero en los años que llevo como cervecero, nunca vi un gobierno provincial y un ministro de Desarrollo Agrario que nos tomara tan en serio.
–¿Y la relación con la comunidad?
-Nosotros damos ocho cursos anuales, gratuitos, generalmente en el mercado de la Rivera de Berisso, para que la gente se acerque y se inicie en el mundo de la cerveza. Lo llamamos “Hacer cerveza con poco pero bien”, porque entendemos que con un termómetro y un medidor de ph se puede hacer cerveza casera de calidad, con solo controlar esas variables.
-¿La competencia es abierta al público?
La competencia en sí no, pero junto con la entrega de premios se hace una degustación, que sí. Con la entrada, que siempre se agota, te dan una copa de cristal muy linda, igual a la que se usó en competencia y podés recorrer los 16 puestos y probar cada una de las cervezas sin pagar nada. Por ser una competencia de verano, son cervezas livianas y muy lupuladas.
-Berisso tiene gran tradición viñatera. ¿Cómo se llevan con eso?
–Ahora viene la época de la vendimia de la uva isabella, que es la variedad propia de los viñateros de Berisso. Nosotros para la fiesta del vino, que es en julio, solemos hacer una variedad con esa uva, que nos acerca mucho a los productores. Las dos asociaciones son amigas, nos bancamos mutuamente, hace 15 años era impensable que pudiéramos trabajar juntos y hoy ocurre.
–¿Qué hacen con el bagazo? Suele ser un problema…
-Yo soy parte de una cooperativa cervecera, la cooperativa La Rivera, que con apoyo de la Subsecretaría de Pequeños y Medianos Productores del Ministerio de Agricultura de la Nación, está en proceso de adquisición de una secadora. Esa máquina, con un trabajo logístico muy importante de recolección, va a secar el bagazo, que es un subproducto proveniente de la elaboración que actualmente se descarta como residuo, y convertirlo en alimento para animales de granja. En principio, a granel. Ya hay acuerdos comerciales con un tambo y con una fábrica de alimento balanceado. En eso nos apoya la facultad de Agronomía, pero también hacemos compostaje. Yo, por ejemplo, produzco ajíes picantes y mi tierra es enriquecida con ese compost. Con ese picante hacemos salsas y cerramos el círculo productivo.