Si algo compartimos con seguridad, estimado lector, son las horas (a veces excesivas) que pasamos en internet y que nos permiten que hoy nos encontremos. Quizás como ya te has encontrado con conceptos tales como chemtrail, blue beam o alienígena ancestral o estés familiarizado con autores como Erich von Däniken o Yorgos Tsoukalos; todos ellos pertenecientes al género discursivo de las teorías conspirativas.

De esas horas que he pasado en internet –que me aventuro a decir que no fueron malgastadas– me surgió la reflexión sobre las teorías conspirativas, no ya en sus distintas modulaciones, sino en lo que tienen en común, es decir, en su carácter genérico: fue así que bosquejé esta posible estructura del género que invito a ampliar y que quizás suscite el análisis de sus expresiones particulares.

Las teorías conspirativas constituyen una narrativa que busca explicar las causas de las asimetrías en el poder en una sociedad, logrando una explicación satisfactoria, en función de las concepciones de la realidad. Todas ellas, me aventuro a conjeturar, responden a la siguiente estructura argumental:

1.- Una determinada agrupación de personas altamente organizada (se podría decir incluso que una organización de entes capaces de razonar) busca:

a.- esconder un conocimiento.

b.- obtener y/o controlar un recurso.

c.- coartar las libertades individuales.

d.- afectar el tejido social de una comunidad.

Todo esto, con el fin de maximizar el poder en detrimento del resto de la población.

2.- El accionar de estos grupos afecta a un sector determinado de la población o a la totalidad de la misma.

3.-No puede determinarse ni el comienzo ni el fin de su accionar, por eso hablaremos de procesos conspirativos. Existen hechos históricos a partir de los cuales se determina la existencia de esos procesos en basé a la interpretación de las consecuencias de esos hechos.

4.- Entendemos que las teorías conspirativas suponen la separación fáctica entre la política y la religión en la Modernidad: la política es cosa de humanos. Esto quiere decir que antes, en el Antiguo Régimen, era un hecho que el mundo era manejado por otros “desde arriba”, pero en la Modernidad, el mundo se pretende “democrático”, es decir, que la sumatoria de los poderes de cada individuo es igual a 0 y los procesos conspirativos vienen a desequilibrar ese orden. Como explicaciones de las dinámicas del Poder, pueden tener resultados políticos.

Cabe entonces preguntarnos qué es lo que suscita que debamos explicarnos las asimetrías en el poder y que para ello recurramos a las teorías conspirativas. En una entrevista que le realizaron para la revista Noema, el filósofo germano-coreano Byung-Chul Han afirma que vivimos en una época carente de una gran narrativa que dé orden a la experiencia cotidiana, que dé sentido a nuestras vidas y a esto lo llama vacío narrativo (narrative vacuum). Esta carencia de sentido produce descontento en las personas, particularmente en tiempos de crisis (el ejemplo que da es la pandemia de COVID-19 y nosotros podemos pensar también en la crisis económica actual) En estos tiempos (aquí cito al autor): “La gente se inventa narrativas que explican un tsunami de figuras y datos que nos desorientan. A menudo estas narrativas se denominan “teorías conspirativas”, pero no pueden ser reducidas a un mero narcisismo colectivo, pues efectivamente explican el mundo. En la red, los espacios se abren para hacer de nuevo posibles las experiencias de colectividad e identidad. La red entonces se tribaliza –predominantemente entre los grupos de derecha, en los cuales la necesidad de identidad es fuerte–. Entre estos círculos, las teorías conspirativas se toman por ofertas para la asunción de identidades.”[1]

A partir de esto que dice Han, podemos preguntarnos: ¿cuáles son esas grandes narrativas capaces de explicarnos el mundo y que vienen a suplir estas teorías, tan en boga entre los círculos de derecha? En un mundo en el que el tiempo es siempre igual, en el que descanso y trabajo nos dicen pueden ser simultáneos, en el que ya ni rituales hay y lo que no es trabajo es entretenimiento, quizás nos convenga volvernos hacia aquél otro pensador alemán que explicó científicamente, por medio del desarrollo económico de la historia las causas de las verdaderas desigualdades entre los hombres, basadas en la verdadera definición de trabajo como fin del hombre y no como medio para obtener algo secundario.

[1] All That Is Solid Melts Into Information. (s. f.). NOEMA. Recuperado 14 de junio de 2022 de https://www.noemamag.com/all-that-is-solid-melts-into-information. La traducción es nuestra.

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