Manuel Puig, novelista y escritor argentino, aficionado al cine, sus estrellas y su industria, razón por la que quiso ser parte de ello y se vinculó a las vanguardias artísticas, en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina. Fue conocido mundialmente, más tarde, por sus novelas “La traición de Rita Hayworth”, “Boquitas pintadas” y “El beso de la mujer araña”.

BiografíaJuan Manuel Puig Delledonne, nació en General Villegas, Argentina, un 28 de diciembre de 1932. Familiarmente era conocido como Coco.  Emigró a Buenos Aires, la capital de Argentina, para iniciar sus estudios secundarios.

Padres

Sus padres, Baldomero Puig, atendía un puesto de venta de vinos frente a su casa y su madre, María Elena Delledonne, “la Male”, trabajaba en el hospital regional y era gran aficionada al cine. Por este motivo, Manuel Puig conoce las salas de cine desde muy temprana edad.

A los cuatro años vio su primera película, “La novia de Frankestein”, junto a su padre. De ahí en adelante, iba frecuentemente al único cine del pueblo, Cine Teatro Español, con su madre, quien le leía las películas subtituladas, o con su niñera Kika.

Su padre no se sintió a gusto con el excesivo tiempo que su hijo dedicaba a ese pasatiempo, creía, a su entender, que debía compartir más con los niños de su edad, en actividades de su edad, tales como montar bicicleta, elevar papagayos, entre otras.

Manuel Puig dijo que “su madre se ajustaba a su mundo, el de la ficción cinematográfica, mientras que su padre quería que se adaptara al suyo, el de la vida cotidiana en General Villegas”.

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Estancia Marión. General Villegas

Infancia

Durante su infancia vivió dos acontecimientos muy negativos, que influyeron fuertemente en su vida. Su madre dio a luz un niño sin vida, y a Manuel intentó violarlo un joven de 15 años, en el año 1943. Esto hizo que Male apartara a su hijo del cine, para que viera la realidad de la vida. En 1944 nació su hermano, Carlos, quien se convirtió en pintor. (Ver artículo: Francisco de Goya)

Aunado a eso, los tiempos que se vivían para ese momento eran de guerra. Escuchaba las noticias, cuando su madre leía el periódico a su padre, todas las noches. Notaba que la situación mundial distaba mucho de lo que se sentía y oía, en General Villegas.

Relacionó esa situación con las personas, unas eran violentas y mandaban sobre otras, otras eran débiles y despreciadas por los primeros. Este paralelismo se convirtió en un problema para toda su vida. En su etapa de madurez, con otra visión, llegó a pensar que la sexualidad era algo muy banal, como para definir la identidad de una persona.

Estudios

Sus padres enviaron a Manuel a Buenos Aires, para que estudiara bachillerato en el Colegio Ward de Villa Sarmiento, Morón. En General Villegas no contaban con colegios secundarios.

Se interesó por la lectura, iniciando con autores galardonados con el Premio Nobel. Con la influencia de Horacio, un compañero que vivía en la misma pensión, comenzó a leer a Hesse, Huxley, Sartre y Mann, de la escuela psicoanalítica.

Además, lo incitó a ver la película europea Crimen en París, que fue un empujón para Manuel, que lo llevó a decidir estudiar Dirección cinematográfica. Aprendió italiano, francés y alemán, que eran las nuevas lenguas del cine.

Se inscribió en la Facultad de Arquitectura, en 1950, para retirarse a los seis meses. Cambió a Filosofía y Letras, a la que dedicó su interés, aun cuando le costaba dominar el Latín. Terminó la carrera y ya estaba trabajando en cine, descubriendo además, que no habían nuevas estrellas que lo cautivaran, exceptuando a Marilyn Monroe y Gloria Swanson.

Visitó un estudio de filmación con la ilusión de conocer al director Daniel Tinayre, francés nacionalizado argentino. Este no lo recibió, pero tuvo la oportunidad de hablar con una actriz argentina llamada Herminia Franco, quien lo ayudó a conseguir empleo en los Laboratorios Alex. En 1953 se alistó al servicio militar como traductor, en el área de Aeronáutica. (Ver artículo: Neil Armstrong)

Pasión por el cine

Manuel Puig, cuando pequeño, iba al cine casi todos los días, lunes, miércoles, jueves, sábados y domingos. Por lo general veía películas norteamericanas, italianas o francesas. Los domingos, era cine nacional, que poco le llamaba la atención, pero se sintió atraído por la actriz argentina Mecha Ortíz, por su parecido con actrices europeas en sus gestos y modo de hablar.

Entre las estrellas de Hollywood sentía especial admiración por Eleanor Powell y Ginger Rogers, en la comedia musical. En el género dramático le gustaba ver a Greta Garbo, Luise Rainer y Marlene Dietrich. Había una que superaba a todas ellas, su nombre Norma Shearer, actriz canadiense.

Se dedicó a coleccionar recortes de los anuncios de películas, las críticas a las que daba eventual importancia. En el año de 1942 empezó a estudiar inglés, en su mismo afán de involucrarse en el mundo del cine, ya que esa era “la lengua del cine”. Al cumplir los 10 años estudió piano con una vecina, quien fungía de maestra.

Italia

Con 23 años de edad, en 1956, ganó una beca, tras estudiar en el Instituto Dante Alighieri, para ir a Roma, Italia, con la oportunidad de estudiar en el Centro Sperimentale di Cinematografía. Estaba viviendo la época del neorrealismo, que mostraba más la realidad social y humana, separándose del estilo musical e histórico.

Al ver la película Metrópolis, de Fritz Lang, quedó deslumbrado con el expresionismo alemán. Visitó París, estando en auge la revista de cine francés Cahiers du Cinéma, que revalorizaba el cine imaginativo y revivía la obra de autor.

Manuel Puig fue designado para cumplir sus prácticas de efectos especiales en “Adiós a las armas”, un remake dirigido por Charles Vidor. Tuvo la oportunidad de ver las escenas de filmación, en los que Vidor tenía serios conflictos con la actriz Jennifer Jones, su esposa en la vida real, para grabar las escenas.

Jones, de fuerte carácter y sus propias actitudes histéricas, se oponía frecuentemente a hacer las escenas de dulzura y abandonaba el plató. Puig, pensó, en ese momento, que nunca podría ser director, ya que no tendría el carácter para manejar a los actores, con el fin de lograr las escenas deseadas.

Se muso a Londres y Estocolmo, en 1958, donde se dedicó a enseñar español e italiano, a la vez que trabajaba en un restaurant, donde el dueño y los empleados, eran actores desempleados. Empezó a escribir libretos para el cine. Uno de los primeros fue Ball cancelled, el cual hizo pensando en tener como protagonistas a Ingrid Bergman y Anthony Perkins.

Empleos

Regresó a Buenos Aires, en 1960, donde escribió La Tajada, en su idioma natal, como le fue sugerido por su amigo argentino Mario Fenelli, en Roma. Así mismo trabajó como asistente de diálogos, en dos coproducciones: “Casi al fin del mundo” y “Una americana en Buenos Aires”.

Durante 1961 y 1962, fue asistente de dirección de cine, tanto en Buenos Aires como en Roma. Nuevamente, su amigo Fellini, le aconseja escribir sobre un tema conocido, con tinte autobiográfico. Puig escogió escribir sobre los amoríos de su primo Jorge. Mientras escribía se dio cuenta que no era un guión, que estaba frente a su primera novela.

https://youtu.be/uQkbmhovYoM?t=4

Puig escritor literario

Tiempo después se fue a Nueva York. Allí siguió trabajando en “La traición de Rita Hayworth”, su primera novela. Empezó como un monólogo del protagonista, pero al ver la extensión del mismo, ya con 24 páginas, se dio cuenta que no podría destinarla al cine.(Ver artículo: Carlos Fuentes)

La misma Rita Hayworth consintió que usara su nombre en esa novela. Era una evocación de su infancia en el pueblo, con un joven adolescente que se inicia en el amor, utilizando escenas de comedia rosa hollywodense. Logró ser finalista en el premio Biblioteca Breve, en España. Le Monde, periódico francés, la catalogó como una de las mejores novelas de 1968-69.

Puig trabajaba en Air France como steward (azafato), en el aeropuerto John F. Kennedy, en horas de la mañana hasta las dos y media de la tarde. Por las tardes escribía, se cambió el apodo de Coco por el de Toto, también el nombre de Jorge, su primo, lo cambió a “Héctor”, que utilizó en sus siguientes libros.

Terminó la novela en 1965, que fue a parar a las manos del cineasta Néstor Almendros y posteriormente a Juan Goytisolo, escritor e intelectual español, de Gallimard, editorial francesa.

Publicación de su primera novela

La traición de Rita Hayworth” fue publicada por esa editorial en 1969, en Francia. El manuscrito pasó ahora a manos de Carlos Barral, poeta español y ese mismo año participó en el Concurso Biblioteca Breve, de la editorial Seix Barral, en España, pero no obtuvo la calificación necesaria para ser publicada.

Al parecer, Mario Vargas Llosa, quien era jurado del evento, amenazó con renunciar si ganaba la novela, ya que consideraba que el argentino Manuel Puig, escribía como Corín Tellado.

Se publicó en los Estados Unidos, donde logró un éxito sorprendente, llegando incluso a oídos de Rita Hayworth, quien en un encuentro con Puig, le dijo que seguramente sería llevada al cine, gracias al prestigio que había conseguido. Sin embargo, eso no sucedió. Fue incluida en la lista de los libros más vendidos, según el New York Times. (Ver artículo: Coco Chanel)

Libros de Manuel Puig

Puig, autor de ocho novelas y cuatro obras de teatro, así como relatos y guiones cinematográficos, fue muy reconocido por el uso de polifonía literaria y de monólogos interiores.

“La traición de Rita Hayworth” (1969)

Fue su primera novela. Publicada por vez primera en Francia, por la editorial Gallimard. Era una novela ambientada en un pueblito ficticio, que recreaba a su General Villegas natal. Utilizó técnicas como montajes, asociación de ideas y desplazamientos, así como formatos y estereotipos de géneros, tales como el folletín, la telenovela y el radioteatro sentimental.

Narra la historia de un grupo de habitantes de Coronel Vallejos, pueblo ficticio, en la pampa argentina. Desarrollada en los años desde 1933 a 1948. Se mezclan las historias de José Casals (Toto) desde su infancia y adolescencia, con su madre Mita. Está narrada en base a diálogos directos, cartas, diarios íntimos y reflexiones de sus personajes.

“Boquitas pintadas” (1969)

Novela de Manuel Puig, publicada en 1969, en Buenos Aires y le dio renombre al autor, en su país natal.

Cuenta la historia de Juan Carlos Etchepare, un donjuán que se relaciona con tres mujeres, Nené, Mabel y la viuda Di Carlo. La Nené era una humilde chica, que se enamora verdaderamente de Juan Carlos; Mabel es tan infiel como el donjuán, y la viuda es mal vista por su comportamiento, no acorde a su viudez.

Por otro lado, se entremezclan las historias de Celina, hermana de Juan Carlos, soltera empedernida, Pancho y la Rabadilla, que dan forma a esta novela, a su vez deja un mensaje sobre las relaciones humanas, el valor del afecto entre la familia y los amigos.

En General Villegas, algunas personas vieron esta novela como una intromisión en la vida privada de algunos de sus habitantes. Eran fácilmente identificables las situaciones narradas por el autor, con personas del pueblo. Cuando fue adaptada al cine, empeoró la situación, de hecho fue censurada y vetada en General Villegas, supuestamente por Acción Católica (Apostolado).

Esta cinta fue estrenada en 1974, con la ayuda del director Leopoldo Torre Nilsson, escritor y productor argentino. Fue traducida a los idiomas portugués y francés y apareció en las listas de los libros más vendidos. Significó un gran avance en la carrera literaria de Puig.

“El beso de la mujer araña” (1976)

Puig consiguió reconocimiento internacional con esta novela, que fue escrita durante el exilio. La editorial Gallimard, aun cuando publicaba todas sus novelas, lo rechazó en esta oportunidad por motivos idealistas, según ellos la imagen del revolucionario “homosexual afeminado”, no correspondía a los ideales feministas de la editorial.

Tras ellos lo hicieron otras editoriales europeas, vetando la novela.

Se trata de la historia de dos prisioneros del tercer gobierno de Juan Domingo Perón, que compartían celda en Argentina. Uno, militante de revolucionario y otro, homosexual afeminado, quien estaba preso por corrupción de menores. Entre ambos se desarrolla una compleja relación, que los lleva a indagar sobre los límites en los roles y convencionalismos sociales.

Se hizo una versión para el cine en 1985, estando Puig radicado en Río de Janeiro. Fue producida por Héctor Babenco, cineasta brasileño de origen argentino. De igual forma, se hizo una comedia musical que tuvo gran éxito en Broadway; una ópera musicalizada por Hans Werner Henze, alemán y una obra de teatro, que fue escrita por el propio autor.

“Pubis angelical” (1979)

Esta novela fue adaptada al cine en 1982. Narra la historia de una mujer, enferma e internada en una clínica, que enlaza su vida amorosa con la vida argentina de 1960 y 1970, resaltando el tema de las madres de la Plaza de Mayo, nunca mencionado en obra alguna de literatura.

El autor utiliza el género de la ciencia ficción, al mostrar las fantasías que tiene Ana sobre su futuro. En la novela, su vida se encuentra vinculada a tres hombres, un marido adinerado y seductor, otro es un represor reprimido y un militante izquierdista del peronismo, quienes tienen en común la explotación de Ana.

Vive dos vidas paralelas, una imaginaria en Europa y en Hollywood, en los años 30’, y otra, real, la de una mujer hospitalizada en una clínica.

“The Buenos Aires affair” (1973)

Esta novela fue prohibida en Argentina, llegó a tal punto de obligar al autor salir del país, motivado a una llamada telefónica, en la que fue amenazado de muerte, por el grupo parapolicial Triple A. Puig se marchó a México indefinidamente.

Los personajes de la novela, Gladys y Leo, que confluyen en un punto común, donde ambos son antiperonistas y funcionan como víctima y victimario, respectivamente. Su historia se desarrolla entre los años 1930 y 1969, entre el golpe de Estado y el Cordobazo.

Muestra los desequilibrios en sus vidas, que los llevan a tomar decisiones claves. Se describe un contexto de desapariciones, obsesiones sexuales, pistas falsas, parodias al cuerpo policial, enfocando el sadismo, en el que se convertiría el terrorismo de Estado en Argentina.

El autor hace una metáfora, entre sus vidas y la situación política, que atraviesa Argentina en esos tiempos. Puig con esta novela, anticipó lo que sucedería en los años venideros, con la última dictadura cívico-militar en Argentina.

 “Cae la noche tropical” (1988)

Nidia y Luci son dos hermanas, argentinas, en edad avanzada, quienes se enfrascan en una conversación sobre la vecina, Silvia Bernabeu, una psicóloga argentina, que está enamorada de un hombre llamado José Ferreira. Coloquialmente, se dedican a chismear sobre la vida de Silvia.

Así se desarrolla la novela de Puig “Cae la noche tropical”. Nidia acaba de perder una hija, se va a Brasil para aprovechar el clima carioca, que le ayuda en su problema de presión arterial.

Ambas mujeres viven solas en un departamento de Río de Janeiro. Puig anexa el diálogo en casi toda la novela, que es su especialidad, con ese toque y estilo único, que le da vida propia a los personajes.

Estilo del autor

Manuel Puig intentó con éxito uno de los experimentos mejor logrados, como lo era unir la cultura popular a la literatura. Fue un vanguardista de la segunda mitad del siglo XX, su narrativa irrumpe con fuerza, con un nuevo estilo. En esta época, los años 60’ y 70’, se nota un nuevo rumbo en la literatura nacional, que van de la mano con algunas tendencias latinoamericanas.

En los años 20’ fue la poesía, en los 40’, el cuento, en los 60’ vuelve la novela, pero no con sentido realista y costumbrista, como en el siglo XIX, sino con temas más contemporáneos. Con Julio Cortázar se ilustró el ansia de una generación, que quería cambios, insistiendo y experimentando el campo del arte, con Puig se esperaba lo mismo.

Escritor emergente

Tomando en cuenta el entorno que se vivía, que era un período de guerras, e influía notablemente en las temáticas de las novelas, Puig salió como emergente a un momento crítico, que sucedía a nivel nacional e internacional. Fue un tiempo de cambios, tanto en el arte, la política, que vislumbraban exilio, muerte y desapariciones.

Puig integra y mezcla elementos “menores” en la literatura, como el folletín, canciones populares, radioteatro y el cine de Hollywood, con los “mayores”; comparado con Jorge Luis Borges, en la década de los 30’, cuando realizó a instancias de la escritura, los relatos de Historia Universal de la infamia. Mezcló aventuras y prensa sensacionalista, como “lo menor”, en el ámbito de lo “mayor” de la literatura.

Se puede pensar en la figura de Puig, en lo que se refiere a las novelas, como la de un escritor singular, influido por el estilo de Joyce, y limitado por su deseo frustrado, de pertenecer al ámbito cinematográfico y por su gusto en lo popular.

Esa narrativa conversacional se asemeja al diálogo cinematográfico, en el que se nota la ausencia de un narrador exterior, encargado de narrar los acontecimientos y describir a los personajes.

Andy Warhol

Esta técnica fue utilizada por Andy Warhol en la década del 60’, cuando montaba una cámara fija frente a un individuo, quien al relatar sus vivencias o sentimientos, frente a otro, que no interviene, pero está escuchando, deja fluir su conciencia.

Puig introdujo la técnica del grabador, el cual registraba un testimonio real, detalle que convirtió en una constante novedosa y significativa, en el ámbito de la narrativa de ciencia ficción.

Sus últimas obras

Mientras vivía en una villa en Santa Marinella, en Italia, escribió el guión sobre la vida del compositor famoso, Vivaldi. Este proyecto no se terminó y Puig regresó a México, a Cuernavaca, donde compró una casa, en la que se estableció indefinidamente.

Había tomado la decisión de no volver a Argentina, tras ser amenazado de muerte, además de haber visto cómo le cerraban las puertas, las revistas y canales comunicacionales.

En México siguió escribiendo y produciendo obras, esta vez con una computadora IBM, que sustituyó su máquina de escribir Lettera y lo acompañó por muchos años. En su biblioteca sus bienes más preciados eran esos, además de una videoteca con más de cuatro mil películas. Dejó inconclusa su última novela: Humedad relativa: 95%.

Cuernavaca, México

Muerte

Manuel Puig fue internado de urgencias, por riesgo de peritonitis, el sábado 21 de julio de 1990, en Cuernavaca, México. Fue operado exitosamente de la vesícula, pero se complicó luego, comenzó a delirar y tuvo que ser amarrado a la camilla.

En horas de la madrugada tuvo problemas de respiración, sufrió un infarto agudo de miocardio, que lo llevó a la muerte. El clima y la altura de México no le favorecían al escritor. Había dejado de fumar y realizaba caminatas diarias, por consejos de su médico.

Hubo una versión sobre la causa de la muerte de Puig, que decía que había sido víctima del Sida, cosa que pronto se aclaró, informando que nunca fue portador del virus VIH. Pero las dudas quedaron en el aire, por no haber fuente oficial que aportara esa información.

A su velatorio sólo asistieron su madre, su colega Tununa Mercado, quien por cuestiones de trabajo se encontraba en México, en la ciudad de Xalapa, exactamente,  más dos amigos, Javier Labrada y Agustín García Gil. Sus restos fueron enviados a Argentina en los días siguientes, luego enterrados en el Cementerio de La Plata, en el panteón familiar.

Frases de Manuel Puig

«Fe es la intuición que se tiene de Dios y las intuiciones no se explican«. En «La traición de Rita Hayworth» (1968).

«Lo terrible es eso, que la identidad pasa a ser definida por el sexo. Es decir, una banalidad pasa a definir lo esencial«.

«Lo único que le pido es que si está decidida a no escribirme más, por lo menos me mande esta carta de vuelta, abierta se entiende, en prueba de que la leyó. ¿O será mucho pedirle?» Frase tomada de «Boquitas pintadas» (1969).

«La muerte es lo peor porque la gente te olvida«. Cita de «Sangre de amor correspondido» (1982).

«Yo tampoco quiero pensar en nada, y voy a estudiar. Con eso me salvo. – ¿Te salvas de qué? … ¿De arrepentirte de lo que pasó? -No, yo no me arrepiento de nada. Cada vez me convenzo más de que el sexo es la inocencia misma«. En «El beso de la mujer araña» (1976)

«Gladys se preguntó a sí misma, por qué estaba tan contenta de la caída de Perón: porque era un régimen fascista, se contestó, y era preciso recordar, lo que Hitler y Mussolini habían sido capaces de hacer en el poder.

Gladys además estaba contenta, porque sin Perón no había riesgo, de que otra vez cerraran la importación de revistas de moda y películas, y su madre no tendría más problema con el personal de servicio. Y se detendría la inflación”. Tomado de «The Buenos Aires Affair».

«Qué triste es el otoño, tardes soleadas pero cortas, largos crepúsculos: ayer es hoy”. De «El beso de la Mujer Araña».

Críticos

Para Sarlo, escritor argentino, la narrativa de Puig no puede ser considerada de vanguardia, ya que Puig no realiza un ejercicio consciente, de provocar un cambio o una ruptura con lo tradicional, lo heredado. Por lo que, piensa, que algunas apreciaciones sobre el autor, han podido ser un tanto falaces o reduccionistas.

Fuente: https://personajeshistoricos.com

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