En su obra “El chiste y su relación con el inconsciente” (1905), Freud aborda el fenómeno del humor y el chiste con la misma seriedad con la que estudió los sueños o los lapsus. Considera que el chiste es una formación del inconsciente, es decir, una manifestación encubierta de los deseos reprimidos que busca abrirse paso a través del lenguaje.
El interés freudiano parte de una idea central:
Nada en la vida psíquica es casual; incluso lo más trivial revela una intención inconsciente.
1. El placer del chiste: economía psíquica y descarga
Freud sostiene que el placer que produce el chiste tiene un fundamento económico. Cuando el sujeto reprime un deseo o una idea (por ejemplo, agresiva o sexual), mantiene una tensión psíquica que consume energía.
El chiste, al permitir que ese contenido se exprese de modo disfrazado y socialmente aceptable, libera parte de esa energía reprimida.
Esa liberación es lo que se experimenta como risa o placer.
En palabras de Freud, el chiste “ahorra” esfuerzo psíquico, evitando la censura y permitiendo una descarga emocional sin culpa. Es, en cierto modo, una pequeña victoria del deseo sobre la represión.
2. Los mecanismos del chiste: parentesco con el sueño
Freud encuentra que los procesos psíquicos que intervienen en el chiste son los mismos que actúan en la formación de los sueños:
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Condensación: varias ideas o imágenes se fusionan en una sola (por ejemplo, un juego de palabras que concentra dos sentidos distintos). 
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Desplazamiento: el sentido “peligroso” se traslada a un elemento secundario o absurdo. 
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Equívoco y doble sentido: el lenguaje se usa como herramienta de engaño lúdico. 
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Absurdo o contradicción: se acepta lo irracional como recurso cómico, rompiendo la lógica consciente. 
Así, el chiste es un “sueño breve”, una condensación simbólica que deja entrever la vida oculta del inconsciente.
3. Tipología freudiana: chistes inocentes y tendenciosos
Freud distingue dos grandes tipos:
a) Chistes inocentes
Surgen del juego verbal o intelectual, sin intención hostil o erótica.
El placer proviene del ingenio, la sorpresa o la ruptura del sentido habitual del lenguaje.
👉 Ejemplo: juegos de palabras, paradojas, absurdos gramaticales.
b) Chistes tendenciosos
Revelan deseos reprimidos, especialmente de tipo sexual, agresivo o transgresor.
Sirven para expresar lo que no puede decirse abiertamente.
👉 Ejemplo: chistes obscenos, políticos o racistas.
Freud observa que los chistes tendenciosos tienen mayor poder emocional, porque tocan lo prohibido y liberan una tensión más fuerte.
4. El chiste como mensaje del inconsciente
En los chistes tendenciosos, el inconsciente habla disfrazadamente.
Lo que se “dice en broma” muchas veces es lo que no se puede decir en serio.
Por eso, Freud advierte que los chistes no son inocentes: revelan deseos, frustraciones y conflictos de la vida psíquica.
La risa, en ese contexto, cumple una doble función:
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Defensiva, porque disfraza lo reprimido. 
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Liberadora, porque permite decir lo indecible. 
5. La dimensión social del chiste
Freud enfatiza que el chiste necesita un otro, un auditorio.
El placer no se completa si no es compartido, porque la risa colectiva valida la transgresión simbólica.
De hecho, el chiste cumple una función social de válvula de escape: canaliza tensiones políticas, sexuales o morales en forma de humor, evitando el conflicto abierto.
En un grupo, el chiste permite decir lo prohibido sin castigo, porque la risa colectiva neutraliza la censura.
Por eso, Freud considera que el chiste puede tener una función crítica y subversiva.
Puede desnudar hipocresías sociales o permitir una catarsis colectiva frente a lo reprimido por la cultura.
6. En síntesis
| Aspecto | Descripción | 
|---|---|
| Naturaleza | Formación del inconsciente, similar al sueño o al lapsus. | 
| Efecto | Descarga de energía psíquica reprimida (placer). | 
| Mecanismos | Condensación, desplazamiento, doble sentido, absurdo. | 
| Tipos | Inocente (juego verbal) / Tendencioso (deseo reprimido). | 
| Función social | Canaliza tensiones, permite decir lo prohibido, genera cohesión grupal. | 
7. Proyección cultural
Más allá de lo clínico, la teoría del chiste de Freud permite comprender el humor como espejo cultural.
Cada época y sociedad se ríe de lo que reprime:
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En tiempos autoritarios, los chistes políticos florecen. 
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En contextos de represión sexual, predominan los chistes obscenos. 
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En culturas de consumo, el humor tiende a volverse autocrítico o absurdo. 
Así, estudiar los chistes de una comunidad permite leer sus tabúes, tensiones y deseos colectivos.
Conclusión
Para Freud, el chiste no es un pasatiempo, sino una vía privilegiada hacia el inconsciente.
Nos permite reír de lo que, en el fondo, tememos o deseamos, y al hacerlo, desvela la verdad encubierta del sujeto y de la cultura.
“El chiste es una forma de libertad frente a la coerción del superyó y de la cultura.”
— Sigmund Freud, El chiste y su relación con el inconsciente (1905)

