Adiós a Julio Frade: el último maestro del humor uruguayo
El viernes 19 de septiembre falleció en Montevideo, a los 81 años, Julio César Frade Pintos, pianista, concertista, actor, humorista y comunicador que marcó una época en la cultura rioplatense. Sus familiares confirmaron que “se fue en paz”, tras atravesar dificultades de salud desde abril pasado. Con él se despide el último representante de la generación dorada del humor uruguayo.
Una vida dedicada al arte
Nacido el 3 de noviembre de 1943 en Montevideo, Julio Frade fue un artista completo. Formado como pianista y compositor, obtuvo becas que lo llevaron a perfeccionarse en Estados Unidos, pero eligió siempre volver a Uruguay para desplegar su talento. Alternó su faceta musical con la actuación, la radio, la televisión y la gestión cultural, dejando una huella profunda en cada ámbito.
El humor de toda una generación
Integró junto a Ricardo Espalter, Enrique Almada, Eduardo D’Angelo, Berugo Carámbula, Andrés Redondo y Gabriela Acher el elenco inolvidable de programas como Telecataplúm, Jaujarana, Comicolor, Híperhumor y Decalegrón.
En este último creó personajes entrañables como Abelardito, Adrianita, “El Chicho”, “El Buda” o el inolvidable parroquiano ilustrado. Con humor blanco, ironía y musicalidad, Frade se convirtió en un ícono que unió a varias generaciones de espectadores de Uruguay y Argentina.
Músico, comunicador y gestor
Más allá de la televisión, Frade fue un reconocido pianista de jazz, dirigió orquestas y trabajó como músico en distintas producciones. También fue director de Canal 5 en los años noventa y durante cuatro décadas condujo su programa radial Frade con permiso, un espacio que lo mantuvo cerca del público hasta que su salud lo obligó a despedirse de los micrófonos en abril de este año.
Sus últimos días
En los últimos meses, una infección urinaria lo llevó a una internación prolongada que debilitó su estado general. Decidió entonces retirarse de la radio y permaneció bajo cuidados especiales. Su hija Virginia lo acompañó en todo momento, hasta sus últimos días.
El adiós a un referente
El velatorio se realizó el sábado 20 de septiembre en la empresa Martinelli de Montevideo y sus restos fueron despedidos en el Cementerio del Buceo. Su partida cierra un capítulo irrepetible de la historia del humor rioplatense, pero su legado permanecerá vivo en la memoria popular.
Julio Frade fue mucho más que un artista: fue un maestro de la risa, la música y la ternura, un referente cultural que demostró que el humor podía ser inteligente y accesible, y que el arte, cuando se entrega con pasión, atraviesa fronteras y generaciones.
Con él se va un grande, pero queda su obra, que seguirá haciendo reír y emocionar a quienes lo recuerden.