En los primeros años de la década del 80, Argentina vivía una mezcla explosiva: el ocaso de la dictadura militar, la herida abierta de Malvinas, una economía en caída libre y un rock nacional que, pese a la censura, ganaba fuerza como voz de resistencia. En ese contexto, una revista “Diez” (de Editorial Perfil) publicó en enero de 1983 una nota que desató un terremoto: Paul McCartney, el exBeatle, había escuchado rock argentino… y lo había calificado de “basura”. La entrevista era falsa, pero las reacciones fueron muy reales.
El título que incendió todo: “A McCartney no le gusta el rock argentino”
La revista afirmaba que un corresponsal en Londres le había hecho escuchar temas emblemáticos a McCartney durante un descanso de sus giras. Según la publicación, las críticas fueron brutales:
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Charly García (Peluca Telefónica): “Esto es el rock nacional? Tiene poco que ver con el rock inglés. Su música está hecha con trozos de temas ya conocidos”.
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Spinetta: “Este es otro baladista, pero anémico”.
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Sandra Mihanovich: “Que esta chica se dedique a la balada y deje de gritar”.
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Pappo: “Es rock, pero muy primitivo”.
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León Gieco: “Algo folk, es pasable”.
El único “salvado” fue Raúl Porchetto (“No es ninguna maravilla, pero este chico se salva”), mientras el uruguayo Rubén Rada recibió elogios: “Este es sensacional. ¿Qué ritmo es este?”.
La reacción de los músicos: indignación y sospechas
El escándalo fue inmediato. En su edición siguiente, Diez publicó las respuestas de los artistas, furiosos pero cautelosos:
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Charly García (el más afectado): “No pienso hablar de eso. Es una jugada muy mala, una bajeza total”.
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Spinetta: “Hay giros raros en la nota que no suenan ingleses” (dudando de su veracidad).
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Porchetto: “Me gustaría escucharlo en inglés. McCartney tiene humildad y madurez, no diría eso”.
Muchos señalaron la ironía: varios de los criticados (como García y Mihanovich) habían participado en el Festival de la Solidaridad Americana (1982), apoyando a los soldados de Malvinas. ¿Era un ataque premeditado?
La verdad: la entrevista nunca existió
Años después, se supo que todo fue un invento:
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El periodista “firmante”, Jorge Churba, lo negó: “Yo no hice esa nota ni cobré por ella”.
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Un empleado de la revista confesó: “Era una truchada total. No había entrevista”.
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El origen: Fotos de McCartney relajado inspiraron la mentira. “Era enero, no había noticias, y necesitábamos vender”.
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McCartney nunca supo nada: Ignoraba por completo al rock argentino de la época.
La paradoja: los músicos respondieron a críticas que nunca existieron, en un episodio de “periodismo chanta” (como lo definió Porchetto).
El legado: entre el ridículo y la reivindicación
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Nito Mestre, uno de los “criticados”, terminó tocando frente al verdadero McCartney en 1993, quien lo felicitó. “Qué orgullo”, ironizó la fuente.
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Spinetta y Porchetto quedaron como los más lúcidos: siempre dudaron de la nota.
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El rock argentino siguió creciendo, pero el episodio quedó como un ejemplo de sensacionalismo y manipulación mediática.
Bonus: La crítica “real” (y anónima) al rock nacional
Más allá de la farsa, el audio original incluye una opinión dura (atribuida a un extranjero) sobre los límites del género en los 80:
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Elogios a Manal: “Hacen blues crudo, con letras bien de Buenos Aires”.
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Spinetta: “Muy rebuscado. Nadie entiende sus letras”.
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Virus y Soda Stereo: “Demasiado fríos, cualquiera puede hacer música con teclados”.
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Acusación a algunos: “Buscan fama y mujeres, no tienen la música en el corazón”.
En definitiva: La mentira de Diez reflejó una época donde el periodismo buscaba escándalos para vender, y el rock argentino, pese a todo, ya era imparable. ¿Habría sido distinto con redes sociales? Hoy, McCartney hasta twittearía su disculpa.