Cómo una comunidad religiosa marcó el desarrollo espiritual y social de la ciudad

Introducción:
Berisso, ciudad conocida por su diversidad cultural y su fuerte identidad comunitaria, fue testigo de un capítulo fundamental en la historia de la Iglesia Greco-Católica Ucrania en Argentina: la llegada y el establecimiento de las Hermanas Basilianas. Su misión, centrada en la educación, la asistencia espiritual y el apoyo a los migrantes, dejó una huella imborrable en la localidad.

  1. Berisso, Campo de Misión Basiliana

En 1940, el Padre Ipatio Mayka, sacerdote basiliano, llegó a Berisso para atender a los fieles ucranios que carecían de asistencia espiritual. Dos años después, invitó a las Hermanas Basilianas desde Misiones para establecer una comunidad en la ciudad.

Las religiosas, movidas por la necesidad de los niños abandonados y la falta de escuelas, aceptaron el desafío. Con el apoyo del Arzobispo de La Plata, Mons. Juan Chimento, y la colaboración de las Hermanas Canossianas, se instalaron en una humilde casa donada por la familia Kozowski en calle Resistencia.

Primeras Obras:

  • Jardín de Infantes (1943): Atendieron a 80 niños sin distinción de credo.
  • Capilla: Primer espacio de culto para la comunidad greco-católica ucrania.
  • Educación y cultura: Enseñanza del idioma ucranio, catequesis y talleres de costura.
  1. La Construcción de un Legado

En 1944, las Hermanas adquirieron terrenos en una zona desolada de Berisso (actual calle Saladero) para construir su obra más emblemática: el Monasterio e Instituto Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Logros destacados:

  • 1946: Traslado del noviciado desde Misiones a Berisso.
  • 1947: Incorporación de Hermanas europeas con formación avanzada.
  • 1951: Reconocimiento pontificio de la Orden Basiliana y creación de la Provincia “Cristo Rey”.

La escuela, inicialmente un modesto jardín, creció hasta ofrecer educación primaria, internado y talleres, convirtiéndose en un pilar para las familias obreras de la zona.

  1. Impacto en la Comunidad

Las Hermanas Basilianas no solo brindaron educación, sino que también:

  • Fomentaron la identidad ucrania a través de la lengua, el folclore y las tradiciones religiosas.
  • Colaboraron con la parroquia María Auxiliadora y otras congregaciones en eventos como las procesiones de Corpus Christi.
  • Asistieron a los más necesitados con ayuda alimentaria (leche y carne del Frigorífico Swift).

En 1952, con la bendición de la Iglesia Ucrania de la Asunción, su capilla dejó de ser el único templo para la comunidad, pero su labor continuó expandiéndose.

  1. Un Legado que Perdura

Aunque los tiempos cambiaron y las Hermanas enfrentaron desafíos políticos (como la prohibición de la enseñanza religiosa en 1955), su obra perduró. Hoy, su historia es parte del patrimonio cultural y espiritual de Berisso, recordada por quienes vivieron su influencia directa.

Cierre:
Las Hermanas Basilianas escribieron una página de solidaridad y fe en Berisso, demostrando que, incluso en tierras lejanas, la dedicación y el amor al prójimo pueden transformar realidades. Su legado sigue vivo en la memoria de una ciudad que las abrazó como propias.

¡Compartí esta historia y valoremos juntos el pasado que nos construye!

Fuente: Archivos históricos de las Hermanas Basilianas en Argentina.

 

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