4 Claves Ocultas del Golpe de 1955: ¿Fue el Derrocamiento de Perón una Invasión Inglesa?

1. Introducción: Más allá de la “Revolución Libertadora”

Para la historia oficial, el derrocamiento de Juan Domingo Perón en 1955 fue la “Revolución Libertadora”, un movimiento cívico-militar para restaurar la democracia. Sin embargo, para Perón y para historiadores como Fermín Chávez, el evento mereció otro nombre, mucho más revelador: la “cuarta invasión inglesa”. Esta perspectiva interpreta el golpe no como un hecho aislado, sino como el capítulo final de un conflicto de 200 años por la soberanía continental. Propone que, tras la crisis política argentina, operaron los hilos de un imperio decidido a defender sus intereses económicos. A continuación, se exploran las cuatro claves que sustentan esta provocadora teoría.

2. Clave N°1: Un nombre revelador: “La Cuarta Invasión Inglesa”

Esta denominación, lejos de ser una mera metáfora, fue acuñada por el historiador Fermín Chávez y adoptada explícitamente por el propio Perón para definir lo sucedido. No se trató de una invasión con soldados desembarcando en las costas, sino de una intervención indirecta y estratégica para proteger intereses económicos vitales.

Para comprender el concepto de “cuarta invasión”, es necesario recordar las tres que, según esta visión, la precedieron:

  1. Las Invasiones Militares (1806-1807): Los intentos fallidos de conquista directa de Buenos Aires por el ejército británico.

  2. La Tercera Invasión (Siglo XIX): No fue militar, sino económica y financiera. Se refiere a la dominación comercial que Gran Bretaña ejerció sobre las jóvenes repúblicas hispanoamericanas tras su independencia.

Perón consideraba que su gobierno había puesto fin a esa etapa de dominación, alcanzando la verdadera soberanía económica. Él mismo lo declaró: “Industrializamos la nación… así logramos la independencia económica arrojando por tercera vez al invasor británico”. Desde este ángulo, el golpe de 1955 fue la respuesta británica a esa “expulsión” económica.

3. Clave N°2: El “delito” de Perón: su éxito económico, no sus errores

Si bien el peronismo tuvo claros errores que alimentaron la oposición interna —como el culto a la personalidad o el conflicto con la Iglesia—, la causa raíz del golpe no fueron sus fallas, sino sus aciertos en materia económica. Políticas que impactaron directamente en la riqueza del Imperio Británico, causándole pérdidas millonarias. Los tres golpes más significativos fueron:

  • El colapso de las importaciones textiles: La industrialización nacional redujo drásticamente la compra de textiles ingleses. Las importaciones cayeron de 100 millones de dólares anuales a apenas medio millón en 1954.

  • La pérdida del monopolio petrolero: Gran Bretaña era el principal proveedor de combustible de Argentina, un negocio de 350 millones de dólares anuales. El contrato de Perón con la Standard Oil de California estipulaba que todo el petróleo extraído debía ser comercializado por la estatal YPF, eliminando el mercado británico.

  • La nacionalización de empresas estratégicas: El gobierno compró ferrocarriles, puertos, teléfonos, frigoríficos y servicios de gas, que estaban predominantemente en manos británicas. Según Perón, se adquirieron por una fracción de su valor real (entre una cuarta y una quinta parte).

Solo las dos primeras políticas le costaban a los intereses británicos 450 millones de dólares anuales, una cifra astronómica para la época que representaba una amenaza existencial para su influencia en la región.

4. Clave N°3: Una alianza improbable para la “invasión”

Inglaterra no actuó sola. Para ejecutar su estrategia, se alió con una heterogénea coalición de actores internos que coincidían en el objetivo de derrocar a Perón. Este frente antiperonista estuvo conformado por:

  • Las élites locales: Denominadas “minorías oligárquicas” o “burguesía antinacional”, con grupos específicos como los Bemberg y Gainza Paz como enemigos acérrimos del gobierno.

  • Sectores militares: La conspiración se gestó desde 1950 en el ejército, con figuras clave como Pedro Eugenio Aramburu y Eduardo Lonardi.

  • Logias masónicas: Se les atribuye un papel crucial en la cohesión moral e ideológica de la oposición.

  • La izquierda y el Partido Comunista: En una alianza sorpresiva, los comunistas se unieron a sectores liberales para derrocar a Perón. De hecho, la Unión Soviética fue una de las primeras potencias en reconocer al gobierno golpista.

Una de las pruebas más contundentes del apoyo externo fue la denuncia de que la Armada Argentina recibió ayuda logística directa de la Royal Navy. Se atribuye al almirante Isaac Rojas, uno de los líderes del golpe, la afirmación de que la marina inglesa proveyó las municiones y el combustible necesarios para la operación.

5. Clave N°4: La visión macro: un conflicto bicentenario contra la unidad hispana

El golpe de 1955 no puede entenderse como un evento aislado. Según esta perspectiva, es un eslabón más en una estrategia británica de 200 años para fragmentar y dominar Hispanoamérica. La visión de Perón era explícitamente “hispanista”: rompió el bloqueo británico a la España de Franco con envíos de alimentos e intentó forjar una alianza con el Chile de Ibáñez del Campo. Su lucha trascendía lo nacional para proyectarse a escala continental.

La fuente sostiene que Gran Bretaña fomentó la independencia de las colonias españolas no por idealismo, sino para lograr la “conquista económica y financiera”. El plan puede resumirse con una analogía brutal: “Inglaterra te dijo: ‘Yo te di armas para separarte de España, y ahora no te voy a comprar la montura, te voy a comprar el cuero nada más. Y te voy a vender la montura. Entonces, siempre vas a estar en deuda conmigo'”.

Fragmentar el imperio español y convertir a las nuevas naciones en proveedoras de materias primas y consumidoras cautivas de manufacturas fue la esencia de la “tercera invasión”. La lucha de Perón, por tanto, no fue solo un acto de nacionalismo argentino, sino un intento de revertir dos siglos de dependencia y recuperar un proyecto de soberanía continental.

6. Conclusión: Reinterpretando la historia

La teoría de 1955 como la “cuarta invasión inglesa” invita a repensar los relatos oficiales. Revela que, a menudo, detrás de los conflictos internos que marcan la historia de los países, operan complejos intereses geopolíticos y económicos que maniobran desde las sombras. La historia, así vista, se convierte en una herramienta fundamental para comprender las fuerzas que moldearon nuestro presente.

Sabiendo esto, ¿cómo cambia nuestra percepción de la soberanía y la influencia extranjera en la actualidad?


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