La Noche en que la Realidad se Rompió en Berisso
Cualquiera que haya caminado por una calle solitaria y oscura de noche conoce esa sensación: un movimiento fugaz en el rabillo del ojo, una sombra que no debería estar ahí. Generalmente, la lógica se impone y lo atribuimos al cansancio o a la imaginación. Pero, ¿qué sucede cuando lo inexplicable se planta frente a nosotros y se niega a desaparecer? ¿Y si, además, otras personas, en otros lugares, ven exactamente lo mismo?

Esa es la premisa del escalofriante caso de “Las Monjitas de Berisso”, un suceso ocurrido en 1990 que se convirtió en uno de los misterios más desconcertantes de la zona. Lo que hace que este relato siga generando escalofríos no es solo lo extraño de las figuras avistadas, sino el hecho de que múltiples testigos, que no estaban juntos, describieron la misma visión imposible, anclando el evento en una aterradora realidad compartida.

1. No Eran Grises ni Marcianos: Eran Pequeñas “Monjas” Flotantes
El aspecto de las entidades vistas en Berisso se aleja de cualquier arquetipo conocido. Según los testimonios coincidentes, su apariencia era profundamente extraña y perturbadora:
• Eran figuras bajitas, de aproximadamente un metro de altura.
• Estaban vestidas completamente de negro, con una ropa descrita como un “hábito” o una “sotana” con capucha, lo que les valió el apodo de “monjitas”.
• No se les podía ver el rostro, ni los ojos, ni las piernas.
• La ropa parecía brillosa y ajustada a la cintura, como si tuvieran un cinturón.
• El detalle más impactante: flotaban en lugar de caminar.
• Su movimiento era extraordinariamente rápido, capaces de cruzar la calle “de vereda a vereda” en un instante y en un patrón de zigzag.
Esta descripción es especialmente inquietante porque no encaja con la imagen popular del extraterrestre “gris” ni con fantasmas tradicionales. Se adentra en un territorio más profundo, casi folclórico, un arquetipo de “monjes” o “encapuchados” que, según los investigadores, tiene ecos en otros relatos inexplicables a nivel internacional, como ciertos casos reportados en España.

2. La Prueba de Fuego: Múltiples Testigos que No Estaban Juntos
La principal fortaleza del caso, y lo que le otorgó credibilidad inmediata entre los investigadores, es la existencia de múltiples testigos presenciales que no se encontraban juntos durante el avistamiento. Cada uno aportó una pieza del rompecabezas desde su propia perspectiva, pero las descripciones clave coincidían.
• El primer testigo, un joven en su moto que venía de la casa de su novia, fue el primero en ver a dos de estas figuras cruzando la calle.
• Su amigo, que venía del boliche en su auto a la misma hora, vio dos o tres entidades y, producto del pánico, intentó atropellarlas.
• Un tercer testigo, un hombre mayor que se dirigía de madrugada a tomar el colectivo para ir a trabajar, vio un grupo más grande de seis o siete de estos seres.
Este factor fue decisivo para quienes analizaron el caso, ya que eliminaba la posibilidad de una alucinación individual o una broma coordinada.
“un caso muy interesante porque tiene múltiples testigos que no estaban juntos en el momento del avistamiento eso nos da como mucha seguridad digamos de que el relato y la historia es verídica”

3. Un Miedo que Perdura Décadas: El Impacto Psicológico del Encuentro
Más allá de lo extraño del suceso, el impacto emocional y duradero en los testigos ancla la historia en una realidad humana tangible. El miedo no fue momentáneo; se convirtió en una secuela que los acompañó durante años.
Las reacciones inmediatas fueron de pánico puro: un testigo aceleró su moto para huir a toda velocidad, mientras que otro reaccionó intentando arrollar a las figuras con su auto por el shock. Sin embargo, el trauma a largo plazo fue aún más revelador.
• El testigo principal admitió que la experiencia lo cambió para siempre: “Ahora de noche miro para atrás para adelante y miro para los costados soy reasustadizo”, confesó, describiendo un temor permanente a las calles oscuras.
• Durante una reinvestigación en el año 2000, diez años después del hecho, a uno de los testigos “le temblaba la mano tomando un café y le daba escalofríos recordar el hecho”.
Este miedo persistente demuestra que lo que vieron esa noche no fue una simple anécdota, sino una experiencia traumática que alteró su percepción de la seguridad y la normalidad.

4. ¿Angelical o Demoníaco? Las Percepciones Contradictorias
Uno de los detalles más fascinantes del caso es la profunda contradicción en la percepción de uno de los testigos, el hombre mayor que vio al grupo más numeroso de entidades. Por un lado, este hombre fue el único que reportó detalles sensoriales casi místicos: no solo afirmó que “escuchaba él en su cabeza como una música angelical que salía de las entidades”, sino que también notó que tenían “como un brillo en el pecho”.
Sin embargo, esta percepción aparentemente serena contrasta de forma violenta con su interpretación final del evento. A pesar de la “música angelical”, el encuentro le generó un terror tan profundo que años después se negaba a hablar del tema porque “lo asociaba algo como del demonio”. Esta dualidad entre una percepción celestial y una conclusión infernal es quizás el corazón del misterio, sugiriendo que la naturaleza de estos seres era tan ajena a la comprensión humana que provocaba impresiones sensoriales y psicológicas fundamentalmente opuestas en una misma mente.

5. El Contexto del Misterio: Luces en el Cielo y Marcas en la Tierra
La aparición de las “monjitas” no fue un evento completamente aislado, sino un suceso tan impactante que se ganó un lugar en la memoria local. De hecho, el caso es tan reconocido que está expuesto en el “paseo de los marcianos” de la localidad, consolidándolo como parte del registro histórico de fenómenos anómalos de la zona. Además, se inserta en un contexto más amplio de fenómenos reportados en el área.
Se determinó que el caso “se asoció al avistamiento de unas luces unos días antes en la zona”, vinculando el encuentro con estas extrañas entidades al fenómeno OVNI de manera indirecta. Además, surgió el rumor de que podría haber evidencia física. Se decía que en un terreno baldío cercano se encontraron “cosas redondeles quemados”.
No obstante, es crucial señalar que el testigo principal fue muy claro al respecto: él nunca vio estas marcas ni fue a verificarlas. Este detalle permanece como una parte tentadora pero no confirmada de la historia, un eco más en el gran misterio de Berisso.

Conclusión: Las Preguntas que Flotan en la Noche
El caso de las “Monjitas de Berisso” perdura en la memoria colectiva por su singularidad. La extraña apariencia de las entidades, la contundente prueba de los múltiples testigos independientes y el profundo y duradero impacto psicológico en quienes las vieron lo convierten en mucho más que un simple cuento de terror. Es un testimonio desconcertante sobre los límites de nuestra realidad.
Más de treinta años después, la pregunta sigue flotando en el aire de Berisso: ¿qué fue lo que vieron realmente aquella noche y por qué su recuerdo sigue generando escalofríos?

 

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