Para la mayoría, Sam Altman es la cara pública de ChatGPT, el cerebro detrás de la revolución de la inteligencia artificial que está cambiando nuestro mundo. Lo que pocos conocen es que, detrás de sus productos, existe una visión mucho más radical y menos discutida para el futuro de la humanidad, articulada en su ensayo “La ley fundamental de la inteligencia artificial”.
Este ensayo no es una simple reflexión tecnológica. Según su editor, Juliano Da Empoli, es un texto “canónico”: el manifiesto definitivo de una poderosa facción ideológica que, junto a figuras como Peter Thiel y Elon Musk, busca activamente rediseñar el poder global. Es una hoja de ruta que redefine conceptos tan básicos como el trabajo, la riqueza y la democracia.
Este artículo desglosa las cuatro ideas más impactantes y controvertidas de esa visión, un plan que podría llevarnos a una utopía de abundancia o a un futuro que nadie había previsto.
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Las 4 Ideas Radicales del Manifiesto de Altman
Idea 1: Una “Ley de Moore” para Todo y la Abundancia Radical
La visión de Altman comienza con una “Ley de Moore extendida a todo”, un concepto que él agrupa bajo el término casi religioso de “el todo”. Su predicción es que la IA provocará una “gran deflación”, donde el costo de bienes y servicios esenciales como la vivienda, la educación y la comida se volverá exponencialmente más barato. La proyección es drástica: los costos podrían reducirse a la mitad cada dos años.
El motor de este cambio es la sustitución de la mano de obra humana por una combinación de IA y robots. Si los robots, alimentados por energía solar, pueden construir casas y a su vez ser construidos por otros robots, el costo de producción se desploma. Esto redefine por completo nuestra idea de riqueza: ya no se trataría del dinero que acumulamos, sino del acceso casi ilimitado a bienes y servicios que tendríamos.
Idea 2: El Fin del Trabajo y el Ascenso del Capital
La consecuencia directa de esta abundancia radical es la sustitución masiva del trabajo humano. Altman no habla en términos abstractos, sino que ofrece plazos concretos. Prevé que en los próximos 5 años la IA podrá leer documentos legales y dar consejos médicos, y que en la siguiente década realizará trabajos de montaje en fábricas.
En su visión, el precio de muchos tipos de mano de obra caerá inevitablemente a cero. El valor económico ya no residirá en el esfuerzo humano, sino en la propiedad del capital tecnológico que lo reemplaza. El propio Altman lo resume con una advertencia contundente:
Mi trabajo en Open AI me recuerda cada día la magnitud del cambio socioeconómico que se avecina… el poder pasará cada vez más del trabajo al capital si las políticas públicas no se adaptan en consecuencia la mayoría de las personas estarán peor de lo que están hoy.
Idea 3: La Paradoja de Altman: Un “Capitalismo Comunista” para Salvar el Sistema
Ante la crisis que él mismo anticipa, la solución de Altman es un “fondo de capital” universal. Para financiar este sistema, propone dos mecanismos de impuestos directos al capital, con cifras exactas:
1. Un impuesto del 2.5% al 5% sobre el valor de mercado de las grandes empresas, que se pagaría entregando acciones directamente al fondo.
2. Un impuesto del 2.5% sobre el valor de todas las tierras privadas.
Los dividendos generados por este inmenso fondo se distribuirían equitativamente entre todos los ciudadanos, quienes recibirían un estimado de $13,500 dólares anuales. Aquí reside la gran paradoja: el máximo exponente del capitalismo tecnológico propone una solución que ha sido descrita como “un poco comunista”. Su objetivo final no es desmantelar el sistema, sino salvar al propio capitalismo de la crisis de desigualdad que la IA está destinada a crear.
Idea 4: La Propuesta Final: Sustituir la Democracia por Gobiernos Corporativos
Esta es, sin duda, la idea más controvertida del manifiesto. Altman, junto a otras figuras influyentes como Peter Thiel y Curtis Yarvin, no solo critica el sistema actual, sino que aboga explícitamente por la disolución del orden democrático mundial.
Su justificación es que la democracia es un sistema “anacrónico” que “no cuaja” en un futuro que estará dominado por la inteligencia artificial. La alternativa que proponen son los “gobiernos corporativos tecnológicos”.
La advertencia más severa proviene del propio editor que publicó su ensayo, Juliano Da Empoli. Él interpreta este plan no como una evolución, sino como una herramienta de “control tecnológico de las sociedades”, un modelo peligrosamente similar a los que ya operan en China y Rusia.
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Conclusión: ¿Utopía de Abundancia o Jaula de Oro?
La visión de Sam Altman se presenta como un paquete completo, una oferta casi imposible de rechazar: una abundancia material sin precedentes a cambio de una reestructuración total de nuestra economía y nuestra política.
Es una promesa de un mundo sin escasez, pero como advierte su propio editor, podría ser a cambio de vivir en una “jaula de oro”, un sistema de control tecnológico total.
Frente a esta visión, la pregunta no es solo qué precio estamos dispuestos a pagar por la abundancia, sino quién controlará realmente las llaves de nuestra jaula de oro.