En Berisso, algunos proyectos lograron materializar una visión de futuro para la cultura. Uno de ellos fue la transformación de un simple SUM en la Casa de Cultura en un estudio de producción audiovisual funcional y profesional. Este espacio, impulsado por Daniel Román durante su gestión como Director de Cultura, fue concebido no como un salón más, sino como una herramienta estratégica para la ciudad.

Un estudio profesional, no un simple salón
El acondicionamiento fue técnico y específico. El espacio fue configurado como un verdadero set de grabación:

  • Paredes revestidas íntegramente en azul, actuando como un “croma key” o fondo uniforme profesional (blue screen) para producciones audiovisuales.
  • Parrilla de luces fija instalada en el cielo raso, propia de un estudio, para un control técnico de la iluminación.
  • Un diseño que priorizaba la acústica y la funcionalidad para grabaciones, transmisiones y formación.

Era un activo único: un estudio público listo para producir contenido cultural, educativo, institucional y comunitario; un lugar para formar a jóvenes en medios digitales y proyectar a Berisso en la era de la comunicación visual.

La desconfiguración: un espacio que existe, pero perdió su razón de ser
Hoy, ese SUM aún existe físicamente dentro de la Casa de Cultura. Sin embargo, ha sido despojado por completo de su funcionalidad original.

En intervenciones posteriores:

  1. Se retiró todo el revestimiento azul (que estaba en buen estado).
  2. Se picaron las paredes de manera irregular, dejando el ladrillo a la vista sin un criterio estético o técnico.
  3. Se perdió la infraestructura de iluminación especializada y las condiciones acústicas.

El resultado no es una renovación, sino una involución. Lo que era un estudio técnico se convirtió en un salón sin identidad, inservible para la producción audiovisual para la que fue creado. El espacio está, pero su proyecto y su potencial fueron anulados.

Lo que se perdió va más allá de las paredes
La pérdida no es meramente material. Es una pérdida de capacidad, oportunidad y visión. Berisso perdió:

  • Una herramienta de formación técnica invaluable para las nuevas generaciones.
  • Un medio de producción soberana de contenidos locales.
  • Un símbolo de una cultura que piensa en infraestructura y legado, más allá de eventos fugaces.

Un patrón de desconexión cultural
Este hecho no es aislado. Revela una desconexión de las gestiones posteriores respecto a las necesidades de la comunicación moderna y el valor de la infraestructura cultural permanente. Confunde un estudio con una “rareza”, y una herramienta estratégica con un “gasto”.

Un llamado a recuperar la función, no solo el espacio
Este relato no es sobre nostalgia, sino sobre conciencia y oportunidad. El espacio sigue ahí. La necesidad de producir, formar y comunicar con identidad local es más urgente que nunca.

Reconstruir este estudio no sería empezar de cero, sino reconectar con una visión inteligente que Berisso ya había tenido. Sería una señal clara de que la ciudad decide valorar su patrimonio de capacidades y apostar por las herramientas que conectan a su gente con el futuro.

La pregunta que queda es: ¿Berisso recuperará este instrumento para su voz, o dejará que su potencial siga enterrado bajo capas de decisiones cortas de vista?

El estudio audiovisual de la Casa de Cultura espera, en silencio, que su historia tenga un nuevo capítulo.

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