Hallazgo: Festival de Body Art en el Palladium

Lugar: La discoteca Palladium (Av. Raúl Scalabrini Ortiz 252, Buenos Aires) era un espacio icónico de la noche porteña, elegido por su atmósfera entre lo glamuroso y lo marginal.
Dinámica del evento:
- Se realizaron performances de body art, intervenciones corporales y acciones efímeras inspiradas en el legado de Greco.
- Participaron artistas vinculados a la escena under porteña, aunque no hay registros detallados de todos los nombres. Roberto Jacoby (co-organizador) era conocido por obras como “Revolución” (1968) y su trabajo con el “Arte de los Medios”.
- La música y el baile fueron ejes centrales, mezclando arte y fiesta.
Registro audiovisual:
- El evento fue grabado en 13 cintas U-MATIC (formato profesional de la época) por dos cámaras de televisión broadcast. Este material es un documento valioso, aunque no está claro si se conserva completo o si alguna vez fue editado para su difusión.

Homenaje a Greco: El evento retomaba su idea de “arte vivo”, donde lo espontáneo y lo cotidiano se convertían en arte. Greco había realizado acciones callejeras en los años 60, marcando personas u objetos con la frase “Esta es mi obra”.
Conexión con los 80: En plena posdictadura, los Museos Bailables exploraban la libertad corporal y la resistencia cultural, en sintonía con el resurgimiento democrático y la escena LGBT+ de la época.
Influencia: Estos eventos anticiparon tendencias posteriores como el arte participativo y las raves como espacios de experimentación.

Roberto Jacoby escribió sobre estos eventos en sus archivos y entrevistas.
Fernando “Coco” Bedoya y Emei Idoyaga fueron clave en la curaduría; Bedoya también trabajó en Belleza y Felicidad (espacio under de los 90).
Para profundizar, puedes consultar:
- “El Siluetazo” (libro sobre arte y política en Argentina, que incluye esta escena).
- Archivos del CeDInCI (Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas).

Alberto Greco murió en 1965, pero su influencia resurgió en los 80/90 con artistas como Liliana Maresca.
El Palladium cerró en los 90, pero en los 80 era un símbolo de la cultura “divina” (mezcla de lo chic y lo marginal).