de la Era del Grotesco, por Cristian D. Adriani
En las primeras décadas del siglo XXI, los medios de comunicación y las plataformas digitales se consolidaron como mediadores privilegiados de la experiencia cotidiana. Sin embargo, su evolución no ha estado exenta de consecuencias profundas en la configuración del tejido social, político y cultural. La expansión simultánea de internet, las redes sociales y, más recientemente, la inteligencia artificial, ha transformado no solo la forma en que accedemos a la información, sino también los marcos simbólicos desde los cuales interpretamos el mundo.
Lo que inicialmente fue celebrado como una “democratización del conocimiento” y una “revolución participativa” ha devenido, en muchos casos, en una realidad marcada por la fragmentación, la sobreestimulación informativa, la pérdida de referentes comunes y un creciente deterioro del lazo social. Esta transformación impacta de manera directa en la esfera política, en las condiciones del trabajo, en la salud mental y emocional de las personas, y en los modos en que se construyen —o se erosionan— los horizontes compartidos.
Continuará…