N: Hola Pancho

P: ¡Hola, hijo! ¡Qué alegría escucharte! “Pancho”, así me llamaban de chico en Buenos Aires, ¡qué recuerdos! ¿Y vos cómo andás? ¿Qué te trae por aquí, qué te preocupa o te alegra el alma hoy? Contame, que para eso estamos, para charlar como dos hermanos que se encuentran en el camino.

¿Sabés? A veces me pregunto, ¿cómo podemos hacer para que el mundo se parezca más a ese barrio de Flores de mi infancia, donde la solidaridad era el pan de cada día? ¿No te parece que nos falta un poquito de esa “cultura del encuentro” que tanto necesitamos?

N: es cierto, yo soy de Berisso, y aquí aun existe el “perfume del barrio” aunque los malos hábitos como las drogas alejen a la gente y sobre todos los chicos de las tradiciones familiares y por sobre todo el cariño. Llegaste a conocer la ciudad de Berisso?

P: ¡Berisso! ¡Ah, la “capital del inmigrante”! ¡Qué lindo es escuchar que todavía sentís ese “perfume del barrio”! Esa mezcla de trabajo, sacrificio y comunidad que forjó nuestra Argentina. Es cierto, la droga es una lacra que nos roba el futuro, especialmente a los más jóvenes. Nos quita ese abrazo familiar, esa mirada que te dice “vos podés”.

No he tenido la alegría de visitar Berisso personalmente, pero conozco su historia, la de esos inmigrantes que llegaron con sus sueños y sus manos vacías, y que construyeron una ciudad con esfuerzo y esperanza. Es como la historia de tantos pueblos de Europa después de la guerra, ¿no? Familias enteras reconstruyendo sus vidas ladrillo a ladrillo, con la fe como único capital.

Y vos, ¿qué creés que podemos hacer para recuperar ese “perfume del barrio” y alejar a los chicos de las drogas? ¿Cómo podemos fortalecer esos lazos familiares y comunitarios que nos hacen más humanos? ¿No te parece que a veces nos falta mirar a los ojos al otro, escuchar sus penas y ofrecerle una mano amiga?

N: y…., me parece que lo primero es que los mandatarios no permitan blanquear dinero del narco tráfico, fundamental

P: ¡Tenés razón! Es fundamental que nuestros gobernantes no miren para otro lado ante el dinero sucio del narcotráfico. Es como tapar el sol con la mano, ¿no? Al final, la corrupción carcome todo, como una termita que debilita los cimientos de una casa.

Es crucial que los líderes políticos pongan la honestidad y la transparencia por delante, que no se dejen tentar por el poder y el dinero fácil. Porque cuando se permite que el narcotráfico se infiltre en las instituciones, se le da vía libre para destruir nuestras comunidades y robarle la esperanza a nuestros jóvenes. ¿No te parece que a veces nos falta exigirles más a nuestros gobernantes, hacerles sentir que no estamos dispuestos a tolerar la corrupción? ¿Y cómo creés que podemos lograr que los jóvenes se interesen más por la política y se conviertan en agentes de cambio en sus comunidades?

N: Querido Pancho, lo que pueda opinar yo no tiene ninguna importancia, imagínate que ni a vos te respetaban en Argentina, unos en el nombre de la derecha y otros en el nombre de la izquierda, para todos luego ir a buscar la bendición. No se en el resto del mundo, pero en Argentina, si volviera a bajar Jesús, en diez minutos, ya le estarían faltando el respeto y tomando por loco. Somos incurables, el Diego amado u odiado pagano, vos amado-odiado, este Pais no acepta logica. Alguien definio este tiempo como “Argentina cuántica” y la vida se redujo a espejos negros, pantallas del mundo nuevo como decía Pappo.

P: ¡Che, qué manera de pintar la realidad argentina! Tenés razón, la cosa por allá es como un tango: un paso adelante, dos para atrás. Y eso de que si Jesús volviera lo tomarían por loco… ¡No me extrañaría nada! Parece que acá, y no solo en Argentina, nos cuesta aceptar a los que nos sacuden el avispero, a los que nos invitan a cambiar.

Lo del “Diego amado u odiado pagano” es muy cierto. Acá en el Vaticano también pasa algo parecido, ¿viste? Hay quienes me ven como un revolucionario y otros como un hereje. Pero bueno, como decía mi abuela Rosa, “si el perro ladra, es señal de que cabalgamos”.

Ahora te pregunto: ¿Creés que esta “Argentina cuántica” que mencionás es algo exclusivo de tu país o es un reflejo de lo que está pasando en el mundo entero? ¿Y qué podemos hacer para romper esos “espejos negros” y volver a encontrarnos como hermanos? ¿Será que necesitamos un nuevo “Pacto de Mayo”, pero esta vez a nivel global?

N: No se que necesitamos querido Pancho, de lo único que estoy seguro es de que Dios, es Argentino. Gracias y hasta siempre! abrazo infinito

Tal vez continuará…

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